El comportamiento de los rendimientos de los bonos del Tesoro estadounidense continúa ejerciendo una presión significativa generalizada en los mercados. Durante la última jornada, se observaron ventas generalizadas en toda la curva de rendimientos, con incrementos especialmente marcados en los bonos de mayor duración (rendimiento del bono a 2 años: +1 punto básico; rendimiento del bono a 30 años: +5 puntos básicos). Este movimiento fue exacerbado por una subasta poco exitosa de bonos a 10 años, que reflejó una demanda más débil de lo esperado.
De acuerdo con estudios previos de Goldman Sachs, las acciones tienden a enfrentar un entorno más adverso cuando los incrementos en las tasas de interés alcanzan dos desviaciones estándar en un mes determinado. Este fenómeno, equivalente a un aumento aproximado de 60 puntos básicos en las condiciones actuales, ha sido precisamente lo observado en los rendimientos a 10 años durante las últimas semanas, lo que añade un factor adicional de estrés al mercado de renta variable y divisas.
En el contexto histórico, el ciclo de flexibilización monetaria de la Reserva Federal se posiciona como el segundo peor en términos de desempeño de los bonos del Tesoro a 10 años, considerando los 14 ciclos registrados desde 1966. Desde que la Fed comenzó su proceso de endurecimiento monetario a mediados de septiembre del año pasado, los rendimientos han aumentado en 91 puntos básicos, lo que refleja una revalorización significativa de las expectativas de tasa de interés. La única excepción comparable es el ciclo de 1981, caracterizado por la volatilidad extrema de la política monetaria bajo Paul Volcker, quien implementó medidas agresivas para combatir la inflación, lo que resultó en un deterioro significativo en el desempeño de los bonos del Tesoro.
En términos más recientes, los rendimientos a 10 años han aumentado 55 puntos básicos desde el 6 de diciembre, lo que evidencia una aceleración en la tendencia alcista de los rendimientos en un período relativamente corto. Paralelamente, el índice de precios del informe ISM de diciembre mostró un aumento sustancial al pasar del 58,2% registrado en noviembre al 64,4%, superando el umbral del 60% por primera vez desde enero de 2024. Este incremento sugiere una intensificación de las presiones inflacionarias, atribuida en parte a la gestión de riesgos frente a posibles interrupciones en la cadena de suministro derivadas de huelgas portuarias y la imposición de tarifas adicionales, según el análisis de Miller.
En respuesta a este panorama, los rendimientos del bono a 10 años alcanzaron un nivel de 4,699% ayer durante la jornada de negociación, marcando su punto más alto desde el 26 de abril. Este aumento en los rendimientos estuvo acompañado por una reevaluación de las expectativas de política monetaria, con las probabilidades de un recorte de tasas de 25 puntos básicos en la reunión de enero de la Reserva Federal cayendo drásticamente del 8,6% al 4,8%, de acuerdo con la herramienta FedWatch de CME Group.