El dólar sigue fuerte en los mercados latinos, impulsado principalmente por el aumento en la tasa de rendimiento de los bonos del Tesoro estadounidense a 10 años, que ha alcanzado niveles máximos desde julio. Este incremento en las tasas, está atrayendo capitales hacia los activos en dólares, aumentando su demanda en un contexto de incertidumbre global.
En contraste, el Banco Central Europeo (BCE) y el Banco de Canadá se han visto forzados a recortar sus tasas de interés debido a las crecientes presiones deflacionarias y la debilidad en el empleo. Esta divergencia en las políticas monetarias ha debilitado sus respectivas monedas frente al dólar, acentuando la apreciación de la divisa estadounidense.
A nivel global, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha revisado a la baja sus proyecciones de crecimiento para 2025, lo que genera mayor preocupación en los mercados emergentes. Además, la reciente reunión de los BRICS ha añadido tensión al poner en marcha iniciativas para reducir su dependencia del dólar, como la creación del sistema BRIC PAY, que busca desvincularse del sistema financiero internacional dominado por EE. UU.
Por otro lado, persiste la inquietud sobre el creciente déficit fiscal de Estados Unidos y su aumento de la deuda pública, lo que podría desestabilizar aún más los mercados. A esto se suma la posible respuesta militar de Israel tras el ataque recibido en octubre, aumentando la incertidumbre geopolítica.
En el ámbito local, Perú enfrenta un paro nacional convocado por los gremios de transporte, en protesta por los crecientes casos de extorsión y violencia en Lima y otras ciudades, lo que añade un día más de inactividad económica y afecta el panorama para el sol peruano.
Por su parte, Goldman Sachs ha señalado que el euro podría caer a la paridad frente al dólar si Donald Trump, quien encabeza las encuestas, gana las elecciones presidenciales de noviembre con una mayoría en el Congreso. En ese escenario, Trump podría imponer aranceles amplios y recortar impuestos, lo que fortalecería aún más al dólar y depreciaría el euro entre un 8% y 10%.
El yen japonés ha caído a su nivel más bajo en 16 años, cotizando en 153 yenes por dólar, impulsado por el aumento en los rendimientos de los bonos japoneses a 40 años.
En la cumbre de los Brics, en la implementación de la alternativa económica a los sistemas de pago, como el SWIFT, controlados mayoritariamente por Occidente. Entre los temas que se discuten a partir de hoy figura la posibilidad de utilizar una nueva moneda paralela al dolar y también la opción de un sistema de pago alternativo, que podría minimizar el impacto de las sanciones impuestas a Rusia.