Hoy, el dólar se fortaleció en los mercados de la región latinoamericana en respuesta a las tensiones geopolíticas entre Irán e Israel. Tras un ataque por parte de Irán, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, advirtió que Teherán había cometido un grave error y que habría represalias.
En la apertura de los mercados, las acciones registraron pérdidas generalizadas, especialmente en los sectores de pequeña capitalización y tecnología de gran capitalización. Sin embargo, al cierre, los principales índices lograron recuperar parte del terreno perdido, ya que el impacto del ataque no fue tan severo como inicialmente temido. Este alivio permitió que el S&P 500 mantuviera el soporte en los 5700 puntos, aunque las crecientes tensiones tras el cierre de operaciones proyectan un escenario incierto para la próxima jornada.
El fortalecimiento del dólar durante el día se atribuyó principalmente a un incremento en la demanda de activos de refugio seguro, como es habitual en momentos de alta incertidumbre. En esta misma línea, el oro también registró un repunte, revirtiendo las pérdidas del día anterior.
En cuanto a las materias primas, el petróleo experimentó una subida significativa, con el WTI acercándose a los 72 dólares por barril antes de una leve corrección. Por otro lado, el Bitcoin, como activo de riesgo, acentuó sus caídas tras el cierre de Wall Street, registrando una pérdida cercana al 4%.
En el mercado cambiario local, la apertura coincidió con las primeras noticias del ataque, lo que impulsó inicialmente el tipo de cambio hasta los 3.7220 soles por dólar. Sin embargo, a medida que el ataque no escalaba en un primer momento, el tipo de cambio retrocedió hasta los 3.71. Con la confirmación posterior del conflicto, el dólar repuntó nuevamente, cerrando la jornada en 3.72 soles.
Las expectativas en los mercados de predicción, como Polymarket, ahora sugieren un 76% de probabilidad de una respuesta militar por parte de Israel antes del viernes.
Al final de la sesión, los mercados mostraron una leve distensión, al no observarse consecuencias inmediatas de gran magnitud tras el ataque. Algunos analistas incluso insinuaron la posibilidad de que el incidente pudiera haber sido utilizado como una estrategia para influir en los precios del petróleo. Hasta el cierre, Israel no emitió ninguna amenaza de contraofensiva directa, mientras que Irán afirmó que sus acciones estaban finalizadas, salvo que Israel decidiera tomar represalias, lo que también contribuyó a calmar el ambiente.