Comenzamos una semana marcada por eventos de gran relevancia que mantienen a los mercados y analistas en alerta. De acuerdo con el Wall Street Journal (WSJ), Teherán ha advertido a diplomáticos de la región sobre un inminente ataque “fuerte y complejo” contra Israel. La información revela que Irán podría estar preparado para emplear ojivas más potentes y diversas armas, lo que ha intensificado la preocupación por una posible escalada del conflicto en Medio Oriente. Esta situación añade presión a los mercados, ya que cualquier movimiento en esta dirección podría tener repercusiones inmediatas en los precios del petróleo y otros activos de refugio seguro.
En el ámbito político estadounidense, las expectativas previas de los mercados, basadas en casas de apuestas que preveían una victoria de Donald Trump, han comenzado a ceder terreno a los sondeos más recientes, que muestran un empate técnico. Según datos de PredictIt, durante el fin de semana las apuestas cambiaron a favor de una victoria de Kamala Harris, mientras que encuestas finales de The New York Times/Siena College reflejan un empate en seis de los siete estados clave. Esto ha provocado un retroceso de más del 1% en los rendimientos del bono del Tesoro estadounidense a 10 años (EEUU10Y) y un repunte del euro frente al dólar.
Por otro lado, el 7 de noviembre se espera la actualización de las tasas de interés por parte de la Reserva Federal (Fed). Los mercados prácticamente dan por hecho un recorte de 25 puntos básicos, respaldado por las proyecciones de Goldman Sachs tras la publicación de un informe de empleo más débil de lo previsto. Cabe recordar que las cifras de empleo de octubre en EE.UU. han mostrado distorsiones que podrían atribuirse a factores como los huracanes y recientes huelgas, lo cual añade una capa de complejidad a la lectura económica actual.
Con una semana de alta volatilidad en el horizonte, los operadores estarán atentos tanto al discurso de la Fed como a los resultados de las elecciones estadounidenses, cuyo conteo definitivo podría demorar días, extendiendo así la incertidumbre en los mercados. Este contexto ha llevado al dólar a ceder terreno mientras los futuros de bonos avanzan, reflejando una cautela creciente entre los inversores. La combinación de factores geopolíticos y económicos sugiere una semana de fuertes movimientos que podrían redefinir las tendencias de corto plazo en los mercados globales.