El escenario global de política monetaria a menudo coloca a la Reserva Federal (FED) en una posición donde las decisiones de otros bancos centrales, como el Banco Central Europeo (BCE), influyen indirectamente en su camino de acción. Normalmente, cuando economías clave como la zona euro ajustan sus tasas de interés, la FED evalúa cómo estos movimientos pueden impactar los flujos de capital, la demanda global y el valor del dólar. Este juego de equilibrios es crucial para la FED, que observa con atención los movimientos de sus contrapartes internacionales antes de realizar ajustes propios, especialmente en momentos de incertidumbre.
Recientemente, el BCE redujo sus tasas clave en 25 puntos básicos, recortando la tasa de depósito al 3.25%, la de refinanciación al 3.40%, y la facilidad marginal de crédito al 3.65%. Estas medidas, esperadas por el mercado, reflejan el esfuerzo del BCE por estimular la economía frente a una desaceleración en la actividad y una inflación en descenso, que ahora se ubica en el 1.7%, su nivel más bajo desde abril de 2021. La moderación en la inflación de servicios y la caída acelerada en los costos energéticos jugaron un rol clave en esta revisión.
Para la FED, aunque estos movimientos son observados con atención, no necesariamente dictan su curso inmediato. Si bien las tasas más bajas en Europa podrían hacer que el euro pierda terreno frente al dólar, la FED sigue basando sus decisiones principalmente en el contexto doméstico. La reciente fortaleza de los datos económicos de EE.UU., como el sólido mercado laboral y el robusto consumo, refuerza la posibilidad de que la FED mantenga una postura cautelosa. Incluso si otros bancos centrales suavizan sus políticas, la FED podría resistirse a seguir la misma senda, priorizando el control de la inflación interna.
El BCE, aunque se alinea con una política más laxa, dejó claro que su enfoque sigue siendo restrictivo, manteniendo un tono vigilante y «hawkish». Este mensaje, sumado a las señales mixtas del mercado, deja entrever que no hay un consenso claro dentro del Consejo de Gobierno sobre futuros recortes adicionales. En este contexto, la FED podría considerar que el impacto de estos recortes en la economía global será limitado, ya que el BCE parece aún comprometido con contener la inflación a largo plazo.