Moody’s ratificó la calificación crediticia de Perú en “Baa1” y mejoró su perspectiva de “negativa” a “estable”, destacando la implementación de reformas políticas y una mayor estabilidad institucional, entendida como la capacidad del Estado para mantener una gobernabilidad efectiva y sostenida, con reglas claras y una estructura política coherente. Entre las reformas clave figuran el regreso a la bicameralidad y la reelección de congresistas, lo que contribuye a reducir la incertidumbre política. Moody’s también destacó la fortaleza fiscal del país, su bajo nivel de deuda y amplias reservas fiscales. El crecimiento económico, que llegó a un 2.5% en la primera mitad de 2024, fue impulsado por esta mejora en las condiciones políticas. El ministro José Arista consideró este avance un reconocimiento al compromiso del Gobierno con la estabilidad económica y fiscal.