El mercado sigue profundamente dividido sobre cuál será el próximo movimiento de la Reserva Federal (FED) en materia de tasas de interés. Mientras algunos analistas anticipan una postura más agresiva, otros creen que la FED optará por un enfoque más moderado. La publicación reciente de los datos del índice de precios de gastos de consumo personal (PCE), que mostró una desaceleración en agosto, ha reforzado las expectativas de un recorte significativo en las tasas.
El PCE, el indicador de inflación preferido por la FED, aumentó un 2,2% en los últimos 12 meses, acercándose al objetivo del 2% que la Reserva Federal busca mantener. Este descenso respecto a años anteriores –cuando se situaba en 3,4% y 6,6% para los mismos períodos de 2022 y 2021– refuerza la idea de que la inflación está bajo control. Además, el PCE subyacente, que excluye componentes volátiles como alimentos y energía, subió un 2,7%, un avance menor al esperado.
Con estos datos en la mesa, las probabilidades de un recorte de tasas de 50 puntos básicos para la reunión de noviembre han subido al 52%, superando el 48% que apuesta por un recorte de 25 puntos. Este cambio en las expectativas refleja la creciente confianza de que la FED tomará medidas más contundentes para estimular la economía.
Para las monedas de la región, podríamos seguir viendo un dolar presionado en la jornada de hoy.