Los últimos datos económicos de Estados Unidos publicados hoy viernes, han generado una gran preocupación en los mercados financieros. La tasa de desempleo subió a un 4,3%, su nivel más alto en casi tres años, y la creación de empleos no agrícolas se desaceleró significativamente, con solo 114,000 nuevos puestos en julio. Estos indicadores sugieren una posible debilidad en la economía estadounidense, lo que ha llevado a los inversores a reconsiderar sus estrategias.
La Reserva Federal está considerando un pronto inicio del ciclo de relajación monetaria, lo cual podría impulsar las monedas de la región. Sin embargo, este nuevo contexto ha creado incertidumbre sobre el estado general de la economía de Estados Unidos. La preocupación por una posible recesión ha llevado a los mercados globales a buscar refugios más seguros, lo que ha impactado en el comportamiento de las monedas latinoamericanas.
El sentimiento de los inversores se ha deteriorado a corto plazo debido a estos temores económicos. Las monedas de la región latina han mostrado un comportamiento mixto, reflejando la incertidumbre y la cautela en el mercado. La combinación de datos laborales débiles y la posible acción de la Reserva Federal ha creado un entorno complejo y volátil para las monedas en América Latina.